Canadá recomienda el uso del cigarrillo electrónico para la deshabituación tabáquica
Cada día conocemos nuevos casos de países que recomiendan el vapeo y los cigarrillos electrónicos como método para dejar de fumar o para reducir el daño que provoca el tabaco en sus consumidores.
De Canadá llega el último caso que hemos conocido. Se trata de las guías de uso para reducir el riesgo de la nicotina que han elaborado conjuntamente varias instituciones de aquel país. La guía ha sido elaborada por diversas instituciones científicas canadienses del ámbito de la salud.
Los integrantes que han elaborado esta guía son el Centre for Addiction and Mental Health (CAMH), Pharmacist for a Smoke-free Canada (PSFC), The Ontario Tobacco Research Unit y el Centre for Effective Practice (CEP). Para elaborar sus recomendaciones se han basado en las evidencias y datos recogidos en más de setenta estudios y publicaciones realizados por científicos y cuyos trabajos reúnen unos mínimos estándares de calidad. Una gran parte de estos estudios hacen referencia al cigarrillo electrónico. Finalmente, catorce científicos y profesionales de la salud, elaboraron las recomendaciones, directrices y pautas sobre diferentes productos alternativos al tabaco.
Las recomendaciones sobre el cigarrillo electrónico están condicionadas a la todavía falta de evidencias ante posibles efectos negativos a largo plazo. Una afirmación recurrente en la mayoría de estudios, usada a modo de cláusula de limitación de responsabilidad ante descubrimientos que se puedan hacer en el futuro o de cláusula de conciencia contra lo que son los principios ideológicos de algunos, a falta de evidencias científicas.
Pero algunas de las afirmaciones que contienen estas directrices no dejan lugar a dudas: Los cigarrillos electrónicos pueden ser una ayuda efectiva para dejar de fumar tabaco y la mayoría de pruebas y evaluaciones de impacto ofrecen evidencias de que así es.
El uso frecuente del cigarrillo electrónico se asocia con un incremento de los resultados en el abandono del tabaco. Aunque la recomendación es la de probar otros métodos de abandono primero, ante el fracaso, se recomienda el cigarrillo electrónico, especialmente si se combina con otras medidas de apoyo. La mayoría de las evidencias señalan todo lo contrario: es el método más usado y el más efectivo para dejar el tabaco y la mayoría de sus usuarios habituales son exfumadores de tabaco. Además, otra de las consideraciones que realizan es que el uso continuo del cigarrillo electrónico reduce el riesgo de recaída en el consumo de tabaco de combustión.
La guía canadiense también reconoce lo que es otra evidencia que no se ha podido refutar: abandonar completamente el tabaco por el cigarrillo electrónico reduce considerablemente los daños producidos por el tabaco sin que se conozcan los daños que pueda producir a largo plazo el vapeo. Se reduce la exposición a numerosos elementos tóxicos y cancerígenos derivados del tabaco y de la combustión que no aparecen en el vapeo.
En Canadá, como en el Reino Unido, han optado por el pragmatismo y no por el dogmatismo y realizan sus recomendaciones sobre la base de una importante base científica y con la mayor de las prudencias y garantías. Pero, lo hacen, reconociendo que los cigarrillos electrónicos producen menos daños que el tabaco y, por lo tanto, son una opción válida para ayudar a los que quieren dejar de fumar.