Día Mundial del Vapeo 2022

El día mundial del vapeo nació para reclamar esta alternativa como un método para reducir el daño en los fumadores y abandonar el tabaco; una cita muy vinculada a la que, desde 1987, se viene conmemorando el 31 de mayo con el Día Mundial del Tabaco para concienciar a la población de los efectos nocivos del consumo de este producto.
Es una fecha para la concienciación que, en estos momentos, recuerda , sin embargo, a una cierta contradicción. Porque la pregunta que nos hacemos los exfumadores es por qué desde las administraciones se cierran las oportunidades a una alternativa para el abandono del hábito tabáquico, como es el vapeo, y por qué se rechaza la ocasión de profundizar en estudios científicos que ponen en evidencia que el vapeo es un instrumento de deshabituación un 95% menos nocivo que el tabaco.
La contradicción va más allá, porque parece que el empeño del sector público se orienta en una dirección contraria, apelando a una equiparación errónea entre el tabaco y el vapeo, cuando son dos profundos absolutamente distintos.
Ya no es necesario acudir a la composición que evidencia que el vapeador jamás incluye tabaco ni ningún producto derivado del tabaco. Basta con acudir a la Real Academia Española, que define fumar como “aspirar y despedir el humo del tabaco, opio, anís, etc”; y vapear como “aspirar y despedir, en sustitución del tabaco, el vapor aromatizado que genera un dispositivo electrónico”. Las diferencias son evidentes, y se basan sobre todo en la inexistencia de tabaco. El líquido que calienta –no quema– el dispositivo de vapeo puede, o no, contener nicotina, pero lo que claramente no contiene son sustancias como el alquitrán, el mercurio o las trazas de metales, metano o cadmio entre otros, que sí están presentes en los cigarrillos convencionales.
De ahí el potencial para la reducción del daño de un método que ha supuesto la única vía para dejar de fumar de miles de personas en todo el mundo. Sin ir más lejos, según la última Encuesta sobre el Alcohol y Drogas en España (EDADES) promovida por el Ministerio de Sanidad, más del 50% de los que han recurrido al cigarrillo electrónico lo han hecho con la motivación de abandonar el consumo de tabaco.
Es claro que colocar en el mismo plano dos productos tan distintos como lo son el tabaco y el vapeo no es solo desinformar a la población, sino desechar una opción eficaz para abandonar el consumo tabáquico, negando a estas personas una alternativa mucho menos dañina para su salud. La reacción lógica de los usuarios ante este planteamiento podría ser abandonar la idea de no dejar de fumar, usando el vapeo como alternativa para eliminar el hábito. En otras palabras, implica el riesgo de conducir a los usuarios a continuar consumiendo tabaco, precisamente el efecto que se pretende evitar.
En España no se está apostando por una vía clave para reducir el consumo de tabaco: fomentar las políticas de reducción del daño. Si un usuario tiene serias dificultades para dejar de fumar de forma radical, debe tener algún modo para hacerlo de forma más sencilla y menos nociva para su salud, como es el vapeo.
Por todo ello, el Día Mundial del Vapeo es un día en el que pedimos que se considere como un método para abandonar el tabaco. Pero también que se respete el derecho ciudadano de acceso a una información veraz, y se expongan de forma clara y sin sesgos sus ventajas e inconvenientes, para que, de esta forma, los ciudadanos puedan tomar una decisión formada e informada.