Día Mundial del Vapeo 2024: hacia un mundo sin tabaco
Si hay dos conmemoraciones íntimamente relacionadas son el 30 y el 31 de mayo, que concitan, respectivamente, el Día Mundial del Vapeo y el Día Mundial Sin Tabaco. Es la evidencia de la conexión entre un propósito, avanzar hacia un mundo con una incidencia cada vez menor de la dependencia tabáquica, y una solución, utilizar el vapeo como método efectivo para dejar de fumar. Este es, no lo olvidemos, el objetivo final con el que nació y se desarrolló esta herramienta, el vapeador, y es el objetivo que perseguimos asociaciones como ExFumadores, que defendemos el recurso al vapeo como una fórmula eficaz para abandonar el tabaco, especialmente para aquellas personas que tienen mayor dificultad o simplemente menos fuerza de voluntad para dejar los cigarrillos.
Todos los años recordamos los estudios y experiencias que a nivel internacional evidencian que el vapeo es un sistema, no inocuo, pero sí menos dañino, para dejar de fumar. Es una evidencia que hemos recogido y reivindicado desde ExFumadores, y que se reafirma día a día, con nuevas investigaciones. Por citar algunos de los más recientes, cabe mencionar el estudio presentado por el Instituto Wolfson, adscrito a la Queen Mary University of London, que señala que hay un 60% más de posibilidades de dejar de fumar utilizando el vapeo que con otras fórmulas de disposición de nicotina, señalando al tiempo que es una opción que solo representa “una pequeña fracción del riesgo de fumar”.
En esta misma línea, se insistía en fechas cercanas en un congreso de expertos de las universidades de Oxford y Brunel (Brunel First Annual Health Economics and Policy Forum), sobre conocimientos y estrategias innovadoras sobre cómo abordar las necesidades actuales de salud pública, donde proponían aplicar estrategias innovadoras y cercanas a la realidad del consumidor “incentivando la transición de productos de alto riesgo a productos de riesgo reducido”, señalando que “las prohibiciones no son la forma más óptima o eficaz de conseguir resultados”.
Es un enfoque en el que hemos coincidido y compartimos desde ExFumadores, conscientes como somos de que la dependencia del tabaco debe ser tratada de forma accesible y adecuada para los fumadores, con alternativas que les permitan abandonar el hábito al tiempo que reducir los daños asociados al consumo, a través de los dispositivos susceptibles de liberación de nicotina.
Es un enfoque que, además, se vería reforzado con la evidencia científica, sin necesidad de apelar a referencias de otros países, si en nuestro país se abordase con determinación esta vía de investigación, impulsando estudios sobre los efectos de estos dispositivos sobre las dinámicas de deshabituación tabáquica. Porque siempre hemos defendido que la ciencia tiene que abrir el paso a la regulación. Y hacer estudios, antes de hacer leyes.
Creemos que este es el razonamiento lógico. Y confiamos en que la opción abierta por el nuevo Plan Antitabaco, apelando a la necesidad de “impulsar la investigación sobre el tabaquismo y su impacto en la salud, reforzando la evidencia sobre el efecto de los nuevos dispositivos de liberación de nicotina” responda a esta voluntad, por encima de una nueva vía de prohibicionismo que, lamentablemente, en nada ayuda a las personas que no quieren dejar de fumar o a aquellas que, queriendo hacerlo, tienen severas dificultades para lograrlo. Por eso necesitan fórmulas menos dañinas de deshabituación, como lo es el vapeo. Necesitamos medidas innovadoras para lograr hacer caer las tasas de tabaquismo, como ambiciona el plan y aspiramos muchos.
Esa debe ser la perspectiva prioritaria. La del vapeo como un producto dirigido a reducir el consumo de tabaco y orientado siempre y solo a adultos, tal y como se defiende en esta fecha por la World Vapers´ Alliance. Y que viene a entroncar con el objetivo que se reivindica, en la conmemoración contra el tabaco, por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es evitar el impacto del hábito tabáquico sobre los menores.
Desde ExFumadores, hemos reiterado de forma constante esta convicción. Los menores son una prioridad superior a proteger y su salud, por tanto, por encima de todo. Por eso cuentan con una protección especial en la Ley, que debe recordarse y debe cumplirse. Conviene insistir, así, en que en España está prohibida la venta o entrega a personas menores de dieciocho años de productos del tabaco, y que la misma prohibición de venta se extiende a los dispositivos susceptibles de liberación de nicotina, por la misma norma. Y conviene, por tanto, extremar los controles para garantizar que estas prohibiciones se cumplan de forma estricta.
Del mismo modo es importante recordar que la misma norma (Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco) regula de forma clara la publicidad, promoción y patrocinio de estos productos, atendiendo así mismo a la normativa europea. Y, adicionalmente, que también a los vapeadores se les aplican normas de control en cuanto a ingredientes, etiquetado o presentación, que deben ser comunicados y, por tanto, conocidos. Todo ello aporta una serie de garantías a tener en cuenta y apela al funcionamiento de los controles, en este sentido.
Por todo ello, en esta cita, en la que hablamos tanto de la realidad del vapeo como de la erradicación del hábito tabáquico, hacemos un llamamiento al cumplimiento de la Ley y al respaldo de la ciencia. A que se lleven a cabo estudios que permitan consolidar las evidencias científicas que señalan el valor del vapeo como herramienta de deshabituación tabáquica, que sean estas las bases para el desarrollo de la norma y que sean los controles la garantía del cumplimiento de la Ley como aval para el ejercicio de nuestros derechos y de nuestra libertad, también para dejar de fumar y para convertirnos en exfumadores.