Vapear vs. fumar

Dejar de fumar es una necesidad, pero también un gran reto para cualquier persona que haya desarrollado esta adicción y este hábito. Son muchos los métodos para dejar de fumar y, por desgracia, no todos ellos son exitosos en todos los casos. Desde la fuerza de voluntad, los parches, los medicamentos e incluso la hipnosis… muchas personas han pasado por toda esta ruta de alternativas para acabar recayendo en el tabaco.

Recurrir al vapeo es una opción sencilla, accesible y adaptable para estas personas, y es una alternativa eficaz que permite superar la dependencia al tabaco, ya que emulando la apariencia del consumo de tabaco, no contiene tabaco y pudiendo contener nicotina, permite regular la dosis hasta hacerla desaparecer por completo. 

Un vapeador o cigarrillo electrónico es un dispositivo diseñado en sus orígenes para simular el consumo de tabaco, sin ser tabaco ni contener tabaco en ningún caso. Está compuesto de un atomizador, una resistencia y una batería para vaporizar un líquido formado por propilenglicol, glicerina vegetal, aroma y, además, puede contener nicotina o no, en función de la elección del consumidor de forma que se puede ir reduciendo de forma más o menos paulatina, para gestionar la dependencia de la nicotina hasta superarla por completo.

Si estás pensando en dejar de fumar, te animamos a hacerlo y te informamos del recurso al vapeo como método. Te queremos ayudar a convertirte en un exfumador.

Vapear es menos dañino que fumar

Diversos estudios han señalado que que vapear es menos nocivo que fumar tabaco. 

Así, por ejemplo, expertos e investigadores británicos en neumología y los efectos del tabaco en la salud han señalado que vapear es menos dañino que fumar y un método eficaz para dejar ese hábito. De esta forma, el especialista en medicina respiratoria del Instituto Nacional de Corazón y Pulmón del Imperial College de Londres, Nick Hopkinson, ha destacado que “sabemos que los cigarrillos electrónicos son sustancialmente más seguros que fumar, debido a que las sustancias tóxicas presentes en el vapor son un 95% menos dañinas y los niveles de toxicidad son muchísimo más bajos”. Mientras, otros expertos como el director de la Unidad de Investigación de Tabaco Dependencia de la Universidad Queen Mary de Londres, Peter Hajek, han advertido del problema de la desinformación respecto al vapeo, ya que el “uso de información errónea flagrante que puede evitar que haya fumadores que cambian a una alternativa mucho menos dañina que el tabaco”.

La realidad es que el vapeo puede ser menos nocivo que el tabaco porque mientras el el cigarrillo convencional está compuesto por cerca de 4.000 sustancias químicas, entre ellas la nicotina, que deben entrar en combustión para poder fumar, el vapeo usa líquidos con tres o cuatro sustancias, que dependiendo de si el líquido incluye o no nicotina, que no se queman.

Así, el vapeo no incluye alquitrán ni quema alquitrán, que es uno de los elementos más cancerígenos de los cigarrillos, y que no está presente en el cigarrillo electrónico.

El cigarrillo electrónico o el vapeo es un método para dejar de fumar

El vapeo es un método ideal para abandonar la adicción y el hábito tabáquico. Vapear tiene la ventaja de reducir la toxicidad y permitir rebajar de forma paulatina el consumo de nicotina, hasta lograr superar esta adicción. Adicionalmente, vapear es un recurso óptimo para superar el hábito asociado al tabaco, ya que aporta una apariencia similar al gesto de inhalar tabaco sin serlo. 

Además, y no menos importante, hay evidencias científicas que demuestran que el vapeo puede ser un método óptimo para dejar de fumar. Se han realizado incluso ensayos clínicos que evidencian la capacidad del recurso al vapeo como herramienta para abandonar el tabaco. Por ejemplo, un estudio realizado por el Servicio de Salud Pública del Reino Unido, mostró que cerca del 18% de las personas que utilizaron los cigarrillos electrónicos dejaron de fumar, constatando el éxito frente a alternativas que únicamente sirvieron a un 9,9% de los pacientes. Más recientemente, un programa en el Centro de Ayuda para Adicciones de Olten, en el cantón suizo de Solothurn, constató que, mediante el uso de vapeadores, el 17,5% de los pacientes que tenían el objetivo claro de dejar de fumar lograron hacerlo. En base a ello, hay países como Reino Unido, Dinamarca u Holanda, que han apostado por el vapeo como herramienta para facilitar la deshabituación tabáquica y han conseguido una alta efectividad en el abandono del tabaco gracias al uso de estos dispositivos.

Así, por ejemplo, en Reino Unido, desde el Nacional Health Service, el servicio público de salud, recomiendan el uso de cigarrillos electrónicos para dejar de fumar, entre otras recomendaciones, y más de 18.000 personas han dejado de fumar desde 2015 gracias al vapeo. El Public Heath England afirma que «vapear implica solo una fracción de los riesgos de fumar y migrar por completo de fumar a vapear conlleva beneficios sustanciales para la salud frente a continuar fumando.”

En relación con ello, hay que destacar que un reciente informe del Consumer Choice Center (CCC) examinó 60 países y las políticas de reducción del tabaquismo, señalando que políticas progresivas de reducción del daño como las del Reino Unido, recurriendo al vapeo, permitirían reducir el tabaquismo hasta en un 25%.

En la misma línea, y en el caso de España, un reciente informe del Instituto Coordenadas que señala que que, empleado correctamente, «el cigarrillo electrónico es una alternativa efectiva y real para fumadores que buscan deshabituarse, pero no lo consiguen, y es importante tenerlo en cuenta y apoyarlo, junto con otras medidas, desde el control y la regulación institucional». «Cualquier iniciativa que contribuya a paliar y reducir un problema nacional que causa actualmente más de 56.000 muertes anuales en nuestro país, con un consumo generalizado de más del 23% de la población y que comporta un gasto sanitario por encima de los 7.000 millones, debe ser valorada de forma equilibrada y potenciada para los usuarios que necesitan nuevas herramientas en la lucha contra el tabaco.